evolucion del cartel de cine en españa, 1920-1957
Rafael de Penagos, J. Estrems, Tristán, Joaquin García, Josep Morell y, por supuesto, el gran cartelista Josep Renau. Este último ha sido ampliamente difundido, y se muestra como un auténtico renovador del cartel desde los años de la II República, tanto en su faceta comercial como política. Aunque su obra para cine no es excesivamente numerosa, sus aportaciones técnicas y compositivas influyeron en cartelistas posteriores.
Si los años 20 supone la transición definitiva hacia un cartel que prioriza la ilustración sobre el exceso de información escrita propia de los primeros tiempos del cinematógrafo, es a partir de los 30 cuando el cartel es tomado como un objeto esencial en la cadena de comercialización de las películas, reflejando además las tendencias estéticas del arte y la ilustración, las formas vanguardistas de entreguerras y todo un elenco de técnicas dispuestas en favor de la comunicación del mensaje. Es en ese momento cuando las productoras comienzan a incentivar el uso de ese material en las salas y su importancia en el éxito de taquilla. En los años 40 y 50 la vorágine publicitaria se incrementa, lo que facilita su evolución y un pefeccionamiento del majeno del reclamo publicitario en base a la identificación de las estrellas del celuloide y su aparición en los carteles. Todo un universo ilustrado que, en muchas ocasiones, supera en calidad y contenido a la propia película.
Si los años 20 supone la transición definitiva hacia un cartel que prioriza la ilustración sobre el exceso de información escrita propia de los primeros tiempos del cinematógrafo, es a partir de los 30 cuando el cartel es tomado como un objeto esencial en la cadena de comercialización de las películas, reflejando además las tendencias estéticas del arte y la ilustración, las formas vanguardistas de entreguerras y todo un elenco de técnicas dispuestas en favor de la comunicación del mensaje. Es en ese momento cuando las productoras comienzan a incentivar el uso de ese material en las salas y su importancia en el éxito de taquilla. En los años 40 y 50 la vorágine publicitaria se incrementa, lo que facilita su evolución y un pefeccionamiento del majeno del reclamo publicitario en base a la identificación de las estrellas del celuloide y su aparición en los carteles. Todo un universo ilustrado que, en muchas ocasiones, supera en calidad y contenido a la propia película.
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